martes, 27 de octubre de 2009

El Cine Mexicano

El cine mexicano ha tenido, cuatro momentos que se relacionan con el contexto histórico del propio país: Los inicios porfirianos, la llamada época de oro, el llamado nuevo cine y el cine de bajo presupuesto o cine de ficheras. El cine Mexicano nació a principios del siglo XX pero tuvo importancia a mitad de los años 30. La película “Más allá del Rancho Grande”, dirigida en 1936 por Fernando de Fuentes, da el pistoletazo de salida a la época de oro del cine mexicano. Fue en esta época cuando el cine es reconocido como un entretenimiento cultural para la población, más que como un medio de comunicación.


Se aplica una moderna fórmula a la producción mexicana creando un cine eficiente y organizado. Nacen las “estrellas” de la gran pantalla: Tito Guizar, Pedro Armendáriz, Tin-Tan, Miroslava, Marga López, Jorge Negrete, Cantinflas o Sara García.


Ya entrados en los años 40, la industria cinematográfica creció notablemente. Fue protegida por el gobierno y en 1942 se creó el “Banco Nacional Cinematográfico” para financiar producciones. En esta época es cuando México es considerado el Hollywood Hispano y aumenta en casi el doble la realización de films.
Pero este esplendido tiempo no duró mucho y comenzó la decadencia. Debido a intereses económicos y políticos. El cine pecaba de no ser creativo, se acababan las ideas para los productores. A ello se unió la poca experiencia de los nuevos jóvenes cineastas que realizaban un cine nefasto.


En los años 50 en cine caía en picado, la industria mexicana comenzó a vivir serias dificultades y, aunque se continuaron haciendo películas de interés, su número y su calidad disminuyeron considerablemente. La última película que se realizó dentro de la considerada Época de Oro se realizó en 1956. Durante los años 60 la producción cinematográfica mexicana se redujo a dramas familiares con guiones de baja calidad, y comedias ligeras que fueron más bien vehículos de lucimiento para cantantes de Rock and Roll.

En los años 70 la producción cinematográfica tocó fondo. En gran parte gracias a los malos manejos del nepotismo gubernamental en los periodos de Luis Echeverría (1970-1976) y José López Portillo (1976-1982), fue cuando surgió un nuevo “género” cinematográfico el “Cine de ficheras” que en pocos años se adueñó del mercado mexicano.
Surge cuando López Portillo nombró a su hermana jefa de jefas de la radio, televisión y cine; ésta señora decidió que quienes merecían hacer florecer al cine mexicano eran aquellas personas extranjeras, así que la inversión neta en cine mexicano fue bien pobre y no quedó de otra que hacer películas de bajo/bajísimo costo y por lo tanto cintas de realización exprés. Este cambio de organización trajo también nuevas políticas y se permitió entonces meter más groserías y menos ropa.

Empezaron los 90 y de entre toda la basura producida por Televicine, un nuevo estudio surgió a la luz pública con ideas frescas y con otra perspectiva, Altavista Films... ¿su carta fuerte? El Callejón de los Milagros de Jorge Fons en 1995... Esta película haría reaccionar a la gente de dinero, al gobierno, a las instituciones de cultura y les haría ver que no solo de "ficheras vive el hombre". Aparecerían Sexo, pudor y Lágrimas en el 1999, Amores Perros y La Ley de Herodes en el 2000. Todo parecía indicar que una nueva "era de oro" del cine mexicano se aproximaba...

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